De memoria: Reinventando la historia…

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Por Carlos Ferreyra Carrasco, periodista de tiempo completo incluidos os sábados, domingos y días festivos.

El señor encargado de la escultura que sustituirá a Cristóbal Colón en la glorieta de Reforma, un zoquete de nombre Pedro Reyes, se anuncia, lo exhiben, como arquitecto, autor y director de obras escénicas, curador de arte, urbanista, dos o tres galardones más y, claro, escultor.

Se recalca que es un hombre de gran prestigio internacional, mismo que no se avala si nada más concurrió a un par de muestras fuera del país, como cuidador de las obras, con escoba en ristre para mantener el sitio limpio.

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El señor, dícese, es íntimode Frau Müeller y de Cheimbaun, dos personajes de profundas raíces autóctonas, dispuestas a rescatarlas y ponerlas en el día a día de los habitantes de México.

El fetiche sustituto será llamado Tlalli, tierra en idioma vernaculo, y para que nos vayamos preparando conozcamos la opinión del sabio Reyes, que sin respeto por los clásicos descalifica a talladores como Miguel Ángel, su Pietá, el David e infinidad de hermosuras sin parangón en la historia del arte, de la humanidad. Veamos:

“Las esculturas más aburridas son las que más se parecen al cuerpo humano, los peores escultores son los que representan al cuerpo con más precisión, en general pasa también con los pintores. Lo más importante está en la distorsión que uno hace a través de la estilización de las formas.

“…A mí lo que me gusta de hacer una escultura es que cada minuto que estoy trabajando sobre la escultura estoy tomando decisiones. Y hacer es pensar, pensar con las manos, en tres dimensiones, eso no puede sustituirse con un ambiente digital”, dijo en 2017.

Y bueno, habrá que reconocer que es un premonitorio, un adelantado al definir a un gobierno que no logra pensar con la cabeza, pero no sabemos si utiliza para ello, como el sabio Reyes, las extremidades superiores o las inferiores.

Conocido el pésimo gusto arquitectónico tabasqueño, hay que recordar que la Transformación del Paseo de la Refirma se inició cuando López era el amo y señor del Distrito Federal. Sustituyó las jardineras de los camellones, pisoteadas por sus bandas, por un espinazo de pejelagarto.

A lo largo, quitó las hermosas farolas de reminiscencias coloniales y colocó unos tubos largos con una lámpara en la punta. Intentó cambiar las bancas y para eso organizó varias exposiciones de asientos de variadas formas y muchos materiales. No prendió.

Ahora, dueño total del país y en compañía de dos señoras que han encontrado como manipular a un hombre que empieza a evidenciar los estragos de la edad y la alimentación diaria con garnachas, han decidido la creación de un país a su medida, con los conceptos oportunistas de una reinvención histórico urbanística del país.

Dicho con simpleza y tienen razón, México no les gusta y deben erigir uno a su medida y satisfacción. La cuestión es que en el afán de hacer y dejar su impronta en los libros de texto nacionales, son manejadas por una serie de vivales que muestran mayor ignorancia que ellas, desde el que robó el logo de clips para darle cabida a CS, Claudia Sheinbaum, como parte integral, insustituible de la identidad capitalina, hasta el asesor literario de quien, en serio, rinde pleitesía a Mamado Nervo.

Corchetito culturoso: en el idioma del país de la bota, al miembro masculino se le conoce como il nervo. Eso me dijo mi asesor de idiomas.

Y bueno, bajo advertencia no hay engaño. Pero tampoco defensa. El horror que está imaginando el sabio Reyes en sus vigilias etílicas, similares y conexas, ¿cuál será su concepción de nuestras mujeres indígenas, en sus palabras, deformadas por el arte creativo?

Espero que en efecto no sea mariguano o ebrio cotidiano para que al menos en el monumento haya algo parecido a un ser humano… sin deformidades ni recreaciones imbéciles y ofensivas.

Un apunte final: si Ebrard vendió un jardín público para la colocación de un connotado genocida, a cambio de seis millones de dólares según recordamos, no vemos la razón para oponernos a que estas damas cambien nuestro panorama y nuestros puntos de referencia.

Ya nadie dirá, frente a la glorieta de Colón, ni tampoco allá por Puente de Alvarado, ni cerca de la Noche Triste. Todo cambia y sólo es de esperar que con el tiempo haya la oportunidad de las enmiendas.

Sólo para recuperar identidad. Nada más…

Imágenes: Tomadas de Twitter.

Publicado con autorización del autor.

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