Futurismo electorero, contamina al Congreso
|Lo que se temía ya está ocurriendo. A 15 meses de las elecciones presidenciales de 2018 y a mes y medio de las votaciones estatales de este año, las principales decisiones legislativas están contaminadas por el futurismo electorero.
En términos llanos, nadie quiere dar su brazo a torcer o mejor dicho, nadie quiere asumir la responsabilidad de avalar el nombramiento del Fiscal Anticorrupción y, menos, aprobar la nueva legislación de Seguridad Interior.
Y no lo hacen por temor a perder posiciones en el tablero político de las campañas por la Presidencia de la República, aunque también ponen de pretexto las competencias políticas mexiquenses, de Coahuila y Nayarit. Hasta las jarochas cuentan.
Qué tanto es tantito
Parece increíble pero apenas hace unos meses la clase política mexicana apuraba, exigía y se rasgaba las vestiduras para que entrara en vigor el nuevo Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), la llave mágica para meter a la cárcel a las ratotas de dos patas y cuello blanco. Y cuando llegó la hora de la verdad, los legisladores se hicieron literalmente como el tío Lolo –o sea que miraron hacia otro lado- y no cumplieron con su parte.
Simplemente hoy no hay Fiscal Anticorrupción.
Los legisladores no han cumplido con su responsabilidad, pero eso parece no importarles. Por eso han ofrecido tener una respuesta después de la semana santa. Lo que nunca perdonarán son las vacaciones.
Esto ya lo veía venir la titular del Consejo Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción, Jacqueline Peschard, quien anticipó con mucha preocupación la posibilidad de que los senadores no se pusieran de acuerdo. Y dicho y hecho, no hubo acuerdos. El Comité coordinador del SNA se instaló sin Fiscal (de pena ajena) y como lo anticipamos en este espacio –diría el clásico-, el procurador Raúl Cervantes ocupó el lugar del inexistente, mientras los legisladores se deciden.
Partidos sin prisa
Si refrescamos un poco la memoria recordaremos que atribulados por los escándalo de los moches, Gustavo Madero había prometido una iniciativa anticorrupción y fue en su calidad de dirigente nacional interino como Ricardo Anaya presentó en octubre de 2014 una iniciativa para articular un Sistema Nacional Anticorrupción en el que destacaba el nombramiento de un Fiscal especial.
Hoy Anaya no ha dicho ni pío. ¿Será porque son días de guardar?
En el PRD están ocupados en la desbandada de senadores que curiosamente reforzaron la bancada del Partido del Trabajo, encabezada por el poblano (ex góber de Puebla y ex lustroso priista), Manuel Bartlett quien de un día para otro quedó como la tercera fuerza en el Senado de la República y el PRD en cuarta posición. Lástima por doña Lola y doña Ale.
Del lado tricolor las prioridades son otras, principalmente que Delfina no le ganen el mandado al delfín. Literal.
El futurismo electorero sigue marcando pautas. Los senadores ahora pretenden modificar las leyes aprobadas para que el nuevo Fiscal dure en su cargo dos años y no nueve como dice la legislación. O sea que están esperando que el partido ganador de la presidencial en 2018 nombre a su fiscal a modo. ¿A poco no?
¿Y el Ejército cuándo, apá?
Otro de los temas rezagados es el de la nueva Ley de Seguridad Interior. Entre otros muchos elementos esta legislación daría claridad sobre un tema delicado, la presencia del Ejército en labores de seguridad civil.
El propio senador panista Roberto Gil Zuarth, tiene claro que el tema podría diluirse y perderse hasta el siguiente periodo de sesiones, si bien va, o hasta la siguiente Legislatura, dirían los catastrofistas.
O sea que ni para abril ni para mayo y menos para junio porque hay elecciones.
El punto medular de esta iniciativa es la definición sobre el retiro del Ejército de las calles en funciones de seguridad, que organizaciones civiles y partidos han subrayado. El propio secretario de la Defensa ha planteado que los primeros en solicitar claridad en este punto son los soldados.
Pero también está claro que las autoridades civiles encargadas de la seguridad, no han hecho su tarea en los estados. Se mantienen muy bajos los niveles de aceptación en las pruebas de confianza de las policías en los estados, donde por lo que se aprecia no han hecho su tarea. Los narcos están infiltrados, pues sí. ¿Ton´s?
El senador Gil Zuarth aplica la del tiburón -no se anda con rodeos-, y por eso advierte que difícilmente se aprobará la Ley de Seguridad Interior en este periodo y menos en uno extraordinario.
El legislador advierte que el debate tiene dos vertientes. Hay quienes ven
la ley de Seguridad Interior como un invento para legitimar el actual despliegue de las fuerzas armadas. Es decir, que de aprobarse, se autorizaría el retorno del ejército a sus cuarteles, pero se permitiría en casos de excepción.
El propio Gil sostiene que desde que la delincuencia se federalizó, los gobiernos locales han encontrado argumentos para escamotear sus deberes.
Pero hay no hay que olvidar que el primero que avaló la presencia de las fuerzas armadas en la guerra contra el crimen organizado fue Felipe Calderón.
Como sea el tiempo pasa y no hay para cuándo.
Lo malo es que estas indefiniciones permiten que grupos de interés políticos las utilicen como bandera para favorecer sus campañas, como lo hizo Andrés Manuel López Obrador que hace unas semanas acusó al gobierno federal de intentar enemistarlo con el Ejército, pero luego aseguró que no usaría a los soldados para reprimir al pueblo como lo han hecho Calderón y Peña (sic).
Ojalá y los legisladores se decidan a entrar de lleno a los temas pendientes y los resuelvan, de lo contrario seguiremos atrapados en medio de la guerra mediática de las campañas electoreras.
Lavaderus est
1.-Mientras son peras o son manzanas:
*No tenemos Fiscal Anticorrupción.
*Javier Duarte y César Duarte siguen prófugos de la justicia.
*Nayarit está contaminado con su fiscal Édgar Veytia acusado de estar a modo con los malosos.
* El Gabinete del Bronco es el que mayor movilidad tiene en todo el país, para Ripley. Y le siguen renunciando.
*¿Y los moches de Odebretch a Pemex?
*Agarraron en Italia a Tomás Yarrington.
2.- A ver si es cierto qué después de la semana santa los legisladores se ponen a trabajar.