Diario Monitor, tragicomedia II

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Pues sí, hemos recibido protestas por lo escrito el 18 de febrero acerca del cierre de Diario Monitor. Por supuesto, las protestas son de los radioescuchas que por años admiraron la forma de hacer periodismo de José Gutiérrez Vivó. Su dominio del lenguaje y los tiempos de la radio es algo que no está a discusión. No tiene paralelo en la radio, ni siquiera entre quienes hicieron de Radio Monitor su escuela y ahora son los conductores de otros espacios. Esto no quiere decir  que no haya en los noticieros radiofónicos gente sumamente valiosa, pero Gutiérrez Vivó impuso un estilo único, que le ganó amigos y enemigos del régimen, así como seguidores y verdaderos fans.

Nos dicen que sólo tratamos de «manchar su imagen», que Grupo Radio Centro es el culpable de todo, y hay quien asegura que sin Gutiérrez Vivó y su Diario Monitor ahora viviremos en la  impunidad, porque, suponemos, no habrá quién diga la verdad en este país.

Dudamos mucho que con o sin Gutiérrez Vivó en un periódico o en la radio se termine con la impunidad; esa es una historia larga y en la que hay muchos capítulos por escribir.

Sin embargo, el punto aquí no es ése. A Gutiérrez Vivó nadie lo obligó a comprar un diario, cuando todavía estaba en medio del litigio con Grupo Radio Centro. Y no sólo lo compró, sino que le quitó su nombre y lo desnaturalizó por completo. Porque El Heraldo de México, un diario de derecha, tenía como uno de sus activos las secciones de espectáculos y sociales, que se perdieron con la adquisición de Gutiérrez Vivó. Con el cambio de propietario, El Heraldo partió de cero. Y quedó en manos de un empresario que sabía mucho de radio, pero prácticamente nada de prensa escrita.

Si para empresas periodísticas con prestigio e historia ha sido muy difícil transitar en los últimos años, ¿cómo supuso Gutiérrez Vivó que sería fácil su camino? Sobre todo en un momento en que los periódicos enfrentan una crisis no sólo en el país, sino mundial.

Así pues, no cuestionamos el talento o capacidad de Gutiérrez Vivó en la radio, sino su papel como empresario en los medios. A quienes defienden a Gutiérrez Vivó habría que preguntarles si estarían dispuestos a trabajar día y noche para una persona que no les paga ya no puntualmente, sino que deja de pagarles por meses enteros, a pesar de haber dedicado años a su empresa.

A continuación reproducimos el comentario que nos envió uno de sus extrabajadores:

«Deseo aclarar que los trabajadores de rotativas, redacción y administrativos de Diario Monitor nunca fuimos contratados por Grupo Radio Centro, por ende, esa empresa no nos debe nada.
«Nuestra relación de trabajo desde antes que José Gutiérrez Vivó comprara el rotativo, en octubre de 2003, fue con la razón social El Heraldo de México, S.A de C.V., que pertenecía entonces a Gabriel Alarcón Velázquez
«Tras la compra, Gutiérrez Vivó adquirió las obligaciones patronales que, por cierto, casi nunca cumplió.
«Manejar la tesis del complot por parte del gobierno federal, como lo hizo Vivó, ha sido sumamente irresponsable y falso.
«Reiteramos que la debacle en Diario Monitor tuvo origen en su equivocada política financiera y editorial.
«Un ejemplo:
«Pagar salarios a un dizque director de información (apellidado Camarena) por 250 mil pesos mensuales; a una “subdirectora editorial” (Beatriz Eugenia Diaz Corona Jiménez), por 86 mil 637 pesos mensuales y a un “director comercial” (Eduardo Walter Vorhauer Mhausser)por 187 mi l030 pesos mensuales, significó primero, una ofensa para los ínfimos salarios de todos los trabajadores ex Heraldos, pero sobre todo fue un error garrafal que hirió de muerte la economía del periódíco Monitor.
«Los citados “trabajadores” nunca hicieron nada por fortalecer a Diario Monitor. Se dedicaron a cobrar mientras pudieron sus jugosos salarios y luego huyeron.
«Lo real y verdadero es que a la fecha, hoy 14 de marzo de 2009, José Gutiérrez Vivó no ha cumplido con la promesa que hiciera el pasado domingo 15 de febrero (fecha en que anunció el cierre definitivo de Diario Monitor) de crear un fideicomiso para pagar a los más de 300 trabajadores de planta.
«Las violaciones a los derechos humanos laborales de sus trabajadores, antes y ahora, ha sido la constante en la conducta de Vivó, tanto en radio como en TV y el rotativo.
«Quizás aún con todos estos elementos, todos comprobables, haya quien lo defienda, están en su derecho.
«Equivocarse, pese a las evidencias, es de humanos; reconsiderar, también.»

Habría que aclarar que tampoco tienen la culpa aquellos que llegaron ganando altos salarios a El Heraldo /Diario Monitor. Ellos confiaban en su jefe. Y «huyeron», como muchos otros, porque también les dejaron de pagar.

Los periodistas le debemos lealtad a nuestro medio, pero como cualquier trabajador, la lealtad tiene límites. Y no recibir el salario que se ha ganado es uno de esos límites. Gutiérrez Vivó ya reaparecerá para continuar en lo que sabe hacer. Quizá hasta en algún momento gane alguna indemnización de Grupo Radio Centro, pero mientras tanto hay decenas de familias afectadas por sus decisiones.

Hasta la fecha, los extrabajadores de Radio Monitor y Diario Monitor siguen sin recibir sus salarios caídos y las prestaciones a las que tenían derecho. Ése es el punto y no si es o no el paladín de la patria.

Perla Oropeza

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