Al revés
|En memoria de Jaimito
La atribulada sesión de la Cámara de Diputados en la que se aprobó el paquete de aumentos a los impuestos para 2010, dejó la idea de que el actual gobierno va en sentido opuesto a todo lo que prometió.
Claro, como el prometer no empobrece…
La pregunta que no dejó dormir a muchos mexicanos es si realmente este paquete fiscal ayudará al país a salir de la crisis o sólo está pensado para mantener a la obesa, improductiva e ineficiente burocracia.
En las entrevistas que publicó esta semana EL FINANCIERO, realizadas por Rogelio Cárdenas Estandía, destacan ideas que de aplicarse podrían ayudarnos a salir del círculo perverso en el que nos metieron quienes lo único que les preocupa es preservarse, como sea, en el poder.
El empresario Carlos Slim Helú comenta que llevamos más de 15 años en un árido debate sobre las reformas estructurales -las cuales siguen sin concretarse-, y que ha servido al gobierno para justificar su inmovilismo. En la otra esquina está el Congreso, que habla en nombre de un pueblo del que se aleja apenas llega a las curules.
Se puede salir de la crisis sin pasar necesariamente por las reformas estructurales, dijo Slim, y tiene razón. El problema es que hay demasiada soberbia y arrogancia en el primer círculo del poder como para aceptar sus errores y menos para cambiar el modelito.
Hay que gravar lo indeseable, no hay que quitar con los gravámenes la capacidad de compra de la población, el empleo es el mejor antídoto contra la pobreza, machaca Slim, pero en Los Pinos por un lado les entra y por otro les sale.
Lorenzo Zambrano, otro de los empresarios mexicanos forjados a punta de esfuerzo, concede que hay que revisar los impuestos, pero el gobierno está obligado a reducir su gasto corriente, el cual ha aumentado «estratosféricamente». En tres años se duplicó el número de direcciones generales, hasta llegar a cinco mil. ¿Y como para qué?
El señalamiento más duro del empresario regio es que «se supo lo que venía y no se hizo nada» para evitarlo.
Hay muchos mexicanos molestos con Felipe Calderón y su equipo, que además nos ha resultado muy caro por los sueldos que cobran y no desquitan.
Lo que llama la atención es que los propios gobiernistas hoy le tiran con todo a Calderón. Bueno, hasta Vicente Fox dice que el PRI podría volver a Los Pinos en 2012, y eso que el guanajuatense no canta mal las rancheras.
Calderón ofreció bajar el ISR, prometió crear empleos, dijo que habría un gobierno incluyente ¿y…? Hasta se sacó de la manga un pomposo «impuesto contra la pobreza» que a la primera abandonó en el desierto del debate legislativo. Desató una guerra contra el narco y aún suenan frescas las palabras de Manuel Espino cuando dijo que no estaba seguro quién iba ganando esa guerra.
El próximo año se sentirá en toda su expresión el modelito Calderón remaxterizado por los priistas. Y luego dicen que el PRI no les dejó de otra. Ternuritas.
El relevo
Fue en realidad una grata sorpresa, una buena noticia, que de la pasarela que realizó el Senado pudo confirmarse que hay más de un mexicano, más de una mexicana con la preparación suficiente como para hacerse cargo de la delicada tarea de convertirse en ombudsman, o bien ombudswoman, en México. Aunque los estatutos establecen que la selección del nuevo titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) deberá surgir de una terna, lo ideal sería el nombramiento por consenso -unánime- para aprovechar el potencial del resto de los prospectos. Lo importante es que tenemos una reserva viva y valiosa.
Por ahora destacan, en orden de aparición, Emilio Álvarez Icaza Longoria, extitular de la CDH-DF; Raúl González Pérez, exabogado de la UNAM; Gerardo Laveaga Rendón, titular del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe); Javier Moctezuma Barragán y Raúl Plascencia Villanueva, quien está al frente de la primera visitaduría, y Mauricio Farah Gebara. De las mujeres dejaron muy buena impresión Patricia Olamendi Torres y Guadalupe Morfín Otero.
Seguramente de este grupo saldrá el nuevo presidente de la CNDH, cuya labor será titánica, sobre todo enderezar lo que desatendió José Luis Soberanes.
> Lavaderus est
** Columnómetro del licenciado Aquiles Baeza.
1) El botón de muestra. El gobernador del Banco de México (Banxico), Guillermo Ortiz Martínez, urgió a aprobar reformas estructurales para poder alcanzar un nivel de bienestar social, al participar en el quinto aniversario de la Licenciatura en Finanzas de la Universidad Iberoamericana.
Entonces, ¿en qué quedamos?
2) Andrés Granier Melo anda con buena estrella luego de los comicios estatales que confirmaron a su partido como la mayoría en el Congreso estatal y con las principales alcaldías, incluidas Centro y la emblemática Macuspana.
3) Ya despertó suspicacias el diputado Samuel Moreno Terán, pues alineó su discurso con el dirigente y fugitivo Napoleón Gómez Urrutia.
Cuentan que el punto de acuerdo para solicitar el retiro de la concesión de la mina de Cananea a Minera México, que presentó el legislador multicolor (tricolor y verde) ante la Cámara de Diputados, refleja, por no decir clona, la posición del líder minero prófugo.
La situación de Cananea tiene que ver con el conflicto intersindical desencadenado por un fraude de 55 millones de dólares atribuido a Gómez Urrutia. El legislador pevemista debería exigir que Napito regrese, pero lo que se llevó.
4) Este fin de semana hay mucho que leer.
* La era microglobal. La revolución de las pequeñas empresas es un libro escrito por Simón Levy-Dabbah y que nadie debe perderse, so riesgo de quedar gravitando en la nada del mundo de los negocios. Es una coedición del Tecnológico de Monterrey y Plaza y Valdés Editores.
* Y mañana por la tarde, en el Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe se presenta Desde el otro lado, de Adolfo A. Laborde, que hizo posible Editorial Plaza y Valdés. Se trata de una novela corta que deja una cruda y humana enseñanza que el autor resume así: «después de una dolorosa y larga experiencia en el fenómeno migratorio, estoy convencido que irse al otro lado no debería ser una opción para nadie».
** Tarjetazos de la politóloga Melita Peláez:
-Al IFAI le toca demostrar que no se convertirá en un organismo a modo.
Jesús Sánchez Martínez /Recuento Político / EL FINANCIERO