La perversión del voto
|Por Manuel Ávalos, analista político.
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Al margen de conocer mayor información de los entresijos de la jornada electoral del pasado domingo desarrollada en el estados de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz, en las cuatro entidades federativas salta a la vista una variable que permea a prácticamente todo el proceso, el enorme gasto de recursos que utilizaron todos los partidos políticos en la llamada “maquinaria electoral” para llevar a los ciudadanos a las urnas.
Por ello no es ocioso recordar que los procesos electorales se ganan a través del contacto directo de los candidatos con los ciudadanos o a través de los medios de comunicación y ahora con la utilización de las populares redes sociales, aun cuando éstas últimas es una herramienta que los partidos han utilizado fundamentalmente para esparcir lodo en contra de sus adversarios y menos de la promoción de sus propuestas de gobierno.
En éste sentido, sería oportuno que alguna de las empresas encuestadoras, que aparecieron como hongos en las pasadas campañas, realizaran un ejercicio demoscópico en la población de las cuatro entidades y preguntaran a los ciudadanos acerca de algunas de las propuestas de gobierno que recordaran de los candidatos ganadores. Creemos que los resultados serían desalentadores y reflejarían el grave deterioro de la participación de los partidos políticos y ciudadana en los procesos electorales.
Sabíamos que nuestro sistema democrático electoral se identificaba como una democracia minimalista, pues la participación ciudadana en los asuntos públicos prácticamente se circunscribía a la emisión del voto en las urnas y el poco o nulo interés en el resto de la vida pública de su comunidad, municipio, estado o de la nación.
La mala noticia de los comicios del pasado domingo en las cuatro entidades, es que la única expresión de la voluntad popular para elegir a los representantes y los responsables del gobierno en sus diferentes niveles, ha sido distorsionada o pervertida y socavados los elementos o características que debe observar nuestro voto para que sea válido, legítimo y democrático: universal, libre, directo, secreto, intransferible y personal.
Los múltiples registros de los medios de comunicación y de las redes sociales más populares de las jornada electoral en las cuatro entidades, advierten del trabajo de las denominadas maquinarias electorales de los partidos contendientes, que fundamentalmente fue el de garantizar a sus candidatos los votos de los ciudadanos a través de diversos recursos como el acarreo, la compra del sufragio y la utilización de los programas sociales de manera clientelar.
La utilización de “dinero negro” en las campañas es un protagonista que merece analizarse seriamente en nuestro sistema electoral. Por su complejidad para detectarse y las dificultades que entraña la infiltración de organizaciones delictivas en los procesos políticos podrían convertirse en la principal amenaza de los comicios federales del 2018.
De confirmarse estos fenómenos estaremos en presencia de argumentos válidos para anular o modificar los resultados de las elecciones en donde se compruebe documentalmente estos hechos y que las autoridades electorales convoquen a realizar los comicios extraordinarios en los plazos que establece la ley.
A partir de este miércoles, cuando se lleve el cómputo de los votos en los distritos electorales en las cuatro entidades federativas, seguramente veremos cuántos y cuáles comicios están saturadas de irregularidades que obligarán a su anulación o a pasarle el balón al tribunal federal.
Muchos columnistas y opinadores en los diferentes medios de comunicación consideraron que los comicios estatales del pasado domingo, particularmente en el estado de México, tendrían un significado muy alto y casi el preludio o ensayo general de los comicios presidenciales del 2018, como un ejercicio especulativo es válido pero poco sustentable, particularmente por el entorno internacional inestable e impredecible en el cual se mueven los intereses regionales y geopolíticos de México. Nuestra soberanía cada día depende menos de nuestros intereses nacionales.
El Infierno: La reacción virulenta de Margarita Zavala responsabilizando al dirigente nacional panista, Ricardo Anaya, del fracaso de su candidata al gobierno mexiquense generó una reacción adversa de la mayoría de los lideres blanquiazules, que la ex Primera Dama necesitará modificar su estrategia sino quiere ser víctima del síndrome de Josefina Vázquez Mota en sus aspiraciones personales.
Foto: Quadratín (cortesía) e Internet.