Yaxchilán en condiciones de «inaccesibilidad», reconoce el INAH; la presencia de grupos delincuenciales «sí inhiben las visitas»; Diego Prieto… crecen alertas por inseguridad
|Información publicada en el periódico El Universal por el corresponsal Fredy Martín Pérez el 27 de enero de este año, da cuenta de las versiones de guías de turismo en la zona arqueológica cercanas al Río Usumacinta, frente a Frontera Corozal, conocida como la última frontera, en las que advierten de la presencia de retenes con gente armada en Lacanjá que impiden los accesos a Yaxchilán y Bonampak.
El traslado desde Lacanjá hacia los embarcaderos de Yaxchilán, añade, son realizados en vehículos por los que se cobra un extra por persona, además del pago de entrada a la zona arqueológica. Para quienes han viajado a estas zonas en los últimos años se sabe que el pago extra por el transporte lo administraban los lacandones, pero desde 2020 se ha registrado la presencia de hombres armados lo que asusta a los guías de turismo.
Desde hace años los lugareños refieren que por el Río Usumacinta hay cruces ilegales en lancha tanto de mercancías pero también de indocumentados.
La pandemia había causado estragos al turismo hacia las zonas arqueológicas, pero la disputa entre bandas del crimen organizado en el municipio de Ocosingo hace más difícil que las agencias de turismo se arriesguen, refiere la nota informativa.
También advierte que la zona arqueológica El Lagartero está cerrada al menos desde hace tres años por conflictos de grupos armados del crimen organizado.
En cambio, el INAH en un comunicado de prensa acusó a los medios de comunicación de divulgar información «falsa, tendenciosa e irresponsable» de que las zonas están están en peligro por el narcotráfico.
El contraste lo marcó Diego Prieto, director del INAH quien en una entrevista con publicada el 26 de enero en el periódico La Jornada admitió que la presencia de grupos delincuenciales «sí inhibe las visitas», pero el INAH no es la instancia encargada de atender los fenómenos de la delincuencia.
Prieto admitió que ha sabido de la presencia de grupos delincuenciales en la zona, aunque es de todos sabido, pero que no les ha impedido atender sus obligaciones, aunque con prudencia.
En su comunicado el INAH asegura que mantiene el control delas zonas arqueológicas, que Bonampak y El Lagartero están abiertas al público, solo en Yaxchilán hay condiciones de «inaccesibilidad (¿?) y en Toniná se negocia con un particular el acceso al lugar.
Aquí se reproduce íntegro el comunicado del INAH para que usted saque sus conclusiones. Nota, los subrayados son nuestros:
Las zonas arqueológicas de Chiapas son atendidas permanentemente por el INAH
• El INAH mantiene el control de lo sitios y atiende sus responsabilidades en torno a su cuidado, custodia, investigación y difusión
• Bonampak y Lagartero se encuentran abiertas al público; Yaxchilán enfrenta una condición de inaccesibilidad; y en Toniná se está negociando con un particular para reabrir el acceso al sitio
Ante la inquietud mostrada por algunos medios de comunicación y en las redes sociales sobre la situación que guardan las zonas arqueológicas de Yaxchilán, Bonampak, Toniná y Lagartero, en el estado de Chiapas, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informan:
Es falso, tendencioso e irresponsable afirmar que estas zonas arqueológicas estén en peligro por el narcotráfico; el INAH mantiene el control de lo sitios y continúa atendiendo las responsabilidades que le otorga la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (LFMZAAH) en torno al cuidado, custodia, investigación y difusión de estos sitios patrimoniales.
Efectivamente, en algún momento se han tenido que cerrar de manera temporal algunas zonas por diferentes motivos, no necesariamente relacionados con la seguridad.
Al día de hoy, las zonas arqueológicas de Bonampak y Lagartero se encuentran abiertas al público y en operación. Puntualmente, se señala que es falso que existan saqueos en Bonampak; el INAH atiende las zonas arqueológicas a través de una estructura operativa que tiene que reportar si hay algún daño o afectación patrimonial y hasta el momento no ha habido ningún reporte en ese sentido.
Por otro lado, desde diciembre pasado, la Zona Arqueológica de Yaxchilán se encuentra en una condición de inaccesibilidad, en virtud de que ha habido situaciones de índole social que impiden que en la comunidad de Frontera Corozal se ofrezca el servicio de traslado en lancha hacia el sitio arqueológico.
Para todas y todos es claro que estos fenómenos están sucediendo e inhiben la visita al sitio; y aunque el INAH no es ajeno a ellos, debe subrayarse que no es la entidad competente ni la encargada de atenderlos.
El propio instituto ha recomendado a turistas no acudir en ciertos periodos a la zona arqueológica pues podrían tener una experiencia de visita frustrada; ello no ha imposibilitado que el INAH atienda sus obligaciones, siempre con prudencia, en coordinación con las entidades de seguridad correspondientes y atendiendo a protocolos que priorizan, la seguridad y la protección de la vida de las personas, los profesionistas, los encargados de la zona, los custodios y el público visitante, a quien por supuesto cuidamos y atendemos con esmero porque somos una institución que se enfoca en el servicio público y el compromiso con la sociedad.
Finalmente, en el caso de Toniná, existe una controversia con un particular, propietario de un terreno por donde es indispensable pasar para llegar al sitio arqueológico. Al día de hoy, el INAH, a través de su representación en Chiapas, está dialogando y acordando los términos para poder otorgar una indemnización a esta persona.
Confiamos en que pronto llegaremos a un acuerdo, salvaguardando los derechos del ciudadano, atendiendo a las disposiciones legales y dando cumplimiento a la LFMZAAH para que, nuevamente, la ciudadanía pueda disfrutar de esta impresionante ciudad maya del periodo Clásico (600-900 d.C.).
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